El amanecer es tu cuerpo y todo
lo demás todavía pertenece a la sombra.
Tus lentas oleadas fuerzan
la delgada membrana
del despertar.
Anuncias qué: no el día,
sino la quieta
duración del latido
en la sombra matriz.
Te anuncias,
proseguida y continua como
la duración.
Durar, como la noche dura,
como la noche es sólo sumergido cuerpo
de tu visible luz.
"El temblor". José Ángel Valente [Mandorla, 1982].
febrero 07, 2007
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