enero 28, 2006

Segunda adolescencia

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- ¿Segunda adolescencia?

Se vive tras la llamada crisis de los 40. Es un momento de crecimiento personal en el que nos toca "separar, juzgar y dicidir".

- ¿"Separar, juzgar y decidir" el qué?

Crisis viene del verbo griego krinein, que signifia eso: separar, juzgar y decidir.

- ¿Y esa crisis nos sucede a los 40 años?

Nos pasa dos veces: en la adolescencia y en torno a los 40 años. Porque adolescente significa "el que está creciendo".

- ¿No somos adultos a los 40 años, pues?

En lo biológico, sí; en lo psicológico, no. La naturaleza salta y nos pide: "¡Completa ahora tu proceso de maduración!", ¡Crisis!.

- ¿Y qué debo hacer para madurar?

Limpia tu armario: saca lo que te sentó bien un día pero que ya no te sirve. Hábitos, relaciones, actividades... Mete sólo lo que te ilusione, más allá del qué dirán. ¡Atrévete con todo lo que sientas que te enriquece!.

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-¿Tantos asuntos pendientes tenemos?

En la primera adolescencia queremos ser aceptados: hacemos lo que se espera de nosotros. La segunda adolescencia es la ocasión de rescatar lo que tú quieres. Ahora o nunca.

- ¿Estoy en la segunda adolescencia?

Si sientes cierta incomodidad, si te planteas: "´¿Cómo quiero vivir la segunda mitad de mi vida?". Ah, y si empiezas con los nunca.

- ¿Los nunca?

"Nunca había tenido tanta resaca", "nunca me había dolido la espalda", "nunca había pesado tanto", "nunca había perdido tanto pelo", "nunca había fallado en la cama".

- Este nunca será muy deprimente...

Bueno, hay variaciones hormonales y la erección ya no es tan fácil y frecuente. Normal. Y la mujer experiementa irregularidades menstruales, sofocos, olvidos pasajeros...

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- Deme pistas para actuar correctamente.

Hazte un chequeo médico, ¡sin miedo!, y adopta un hábito saludable por año: uno, "dejo de fumar"; otro "corro media hora al día"; otro, "como más fruta"... ¡Ve sumando! Y cultiva relaciones personales estimulantes, y prepara tu futuro económico...

- Todo muy juicioso, sí señora.

Y regálate cada día un tiempito a solas, ¡y ahí cántate las verdades!

- Huy, eso será lo más difícil...

¡Nadie dijo que fuera fácil! Tu otra opción es la del avestruz..., y pasar de verde a podrido. No. ¡Para! Para y separa. Porque si no lo haces tú, lo hará la vida por tí: una enfermedad, una depresión, una pérdida...

- ¿Está amenazándome?

No, es un hecho. Si no te mueves tú, el huracán te tuma. Y más adelante te culparás por no haber tomado decisiones...

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- Oiga, ¿y habá una tercera adolescencia?

Habrá la jubilación. A partir de los 60 años cualquier opción es válida menos una: la de no hacer nada. Y para el hombre, será muy importante haber cultivado amistades, o en esa etapa se sentirá muy solo. La mujer suele mimar eso con mas cuidado...

- ¿Y por qué los hombres no lo cuidamos?

Porque el hombre se siente muy macho si aguanta a solas al trío miserias.

- ¿El trío qué?

Estrés, ansiedad y depresión. Y de tanto aguantar solito, cae en adicciones o comete agresiones o se suicida más que la mujer.

- Un buen cinturón de afectos es la vacuna.

Eso y un para qué. Un para qué en tu vida, algo que dé un sentido a todo lo que haces. Así, conozco a muchas mujeres que se han dado permiso para rescatar su vida.

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- Conviene actuar, actuar siempre, ¿no?

Decidir. Sí. Si tú no llenas tus huecos, siempre te los irá llenando desde fuera.

Deborah Legorreta, psicoterapeuta e investigadora, especialista en climaterio, entrevistada por Víctor-M. Amera en "La contra" [La Vanguardia, 28 de enero]

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